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Uva Albariño: una Sorpresa Deliciosa.
¡Ay el Vino!
Casi al 100% se puede asegurar que ningún alimento ha tenido una historia tan apasionante como el vino.
Y el albariño forma parte de esa historia con una propia muy particular y llena de sorpresas (¿sabías que "todo" comienza una tarde de calor, con un paseo y un vaso de vino que se ofrece ?) hasta ser lo que es hoy: uno de los mejores vinos blancos del mundo.
Orígenes de Leyenda.
El Origen del vino en Galicia y de la UVA Albariño (Albariño es una uva, no la zona, que es Rías Baixas) estaban hasta 2020, y nunca mejor dicho, en un racimo de leyendas sin confirmar.
Había tres posibles orígenes:
Los Romanos la trajeron con ellos cuando crearon la Gallaecia romana.
Los Suevos que llegaron de centroeuropa la traen cuando se asientan y crean el Reino de Galicia.
Los monjes franceses que llegan al monasterio de Armenteira haciendo el Camino de Santiago la traen en sus peregrinación.
Pero en 2020 se descubre con sorpresa el origen de las dos castas autóctonas de vides de Galicia: es una planta silvestre que se generó espontáneamente hace miles de años.
Y posteriormente romanos, suevos y monjes hacen uso de ella, pero no son su origen.
Se desconoce si los antiguos Galaicos habitantes de los castros fabricaban vino, pero con la llegada de las legiones comenzó una era donde el vino pasó a ser una de las principales atractivos de la Gallaecia romana, actividad que llega a nuestros días.
Pero a diferencia de hoy en día, hace siglos, el vino famoso por su calidad era el de la zona de Ribeiro, llegando este a ser considerado uno de los mejores vinos de Europa durante casi mil años seguidos.
Tal es así que incluso viajó con Colón a América en la época del descubrimiento.
Pero el vino de Albariño, a pesar de su discreta historia, tiene un presente que lo compensa con creces, pues forma parte de la cultura y del día a día, de una manera que nos permite disfrutarlo fantásticamente de muchas maneras.
La Curiosa Historia de Cómo Comenzó Todo
Es importante recalcar que el nombre de Albariño, con el que se conoce al vino de las Rías Baixas, es en realidad el nombre de la uva, uva Albariño, siendo precisamente Rías Baixas el nombre de la Denominación de Origen. Es como si llamáramos Tempranillo al Rioja, entendemos que son cosas completamente distintas.
Hasta hace unas décadas la uva Albariño se consideraba que daba un vino malo, pero afortunadamente, en un paseo de una tarde de verano, todo cambió gracias a un profesor de Valencia destinado a la provincia de Pontevedra en los 1960´s.
Aunque para ser completamente exactos con la historia, decir que en el monasterio de Armenteira, en plano Valle del Salnés, corazón de las Rías Baixas y de la producción de vino a día de hoy, los monjes, guardaban un secreto que tiene una parte importante en toda esta historia...
Y es que, en los años 60 del siglos pasado, el INEM de la época destina al profesor Juan Requena a la zona de la provincia de Pontevedra para mejorar la calidad de vida de los agricultores, que por seguir usando métodos de hace siglos y herramientas trasnochadas, no conseguían sacar todo el rendimiento posible a sus cultivos y se veían forzados a emigrar.
Pues en esto, un día de calor, de mucho calor, Juan Requena se da un paseo por la zona y sediento, llega al monasterio de Armenteira.
Allí entabla conversación con los monjes, que para aplacar la sed, le ofrecen un vaso del vino que ellos mismos cultivan y producen.
La sorpresa del profesor es mayúscula, cuando, al probar el vino, ve que tiene una calidad muy superior a cualquiera de los que probara en la zona. Pero su sorpresa se transforma en admiración cuando sabe la uva de la que está hecho el vino:
Albariño.
"¡No puede ser!", responde, "los labriegos la desprecian por dar vinos se echan a perder con rapidez y facilidad."
Los monjes, quien sabe porqué, pero afortunadamente, le revelan un secreto: durante siglos han guardado con celo una forma de hacer el vino, aprendida de los monjes franceses que en Camino a Santiago hacían parada en el monasterio: controlan la fermentación y no dejan que suceda de manera natural.
Don Juan, a partir de lo que oye, se pone a trabajar en esa idea y diseña un nuevo método de producción y tratamiento de los mostos. Su esfuerzo desemboca en lo que todos conocemos a día de hoy: un vino en la cima del mundo en cuanto a premios y valoraciones.
Tal ha sido el éxito, que ya empieza a haber plantaciones de Albariño en países como Nueva Zelanda, Estados Unidos o Chile, aunque uno de los secretos de este vino, tiene miles de kilómetros de longitud y está muy muy, pero que muy cerca: El Atlántico
Y es que el toque salino lo hace un vino único.
Los vientos llegan del Atlántico llenos de una salitre que se va depositando en las uvas poco a poco, dándole ese matiz tan distinguido que es una de las marcas de identidad más claras e inconfundibles del vino Albariño de las Rías Baixas.
Para terminar, decir que una de la bodegas más afamadas y premiadas de Galicia, Terras Gauda, fue fundada por el que era jefe de Don Juan en el INEM: siguió con esmero sus consejos, y con el aprendizaje de los años, se ha convertido en uno de los referentes de la D.O.
El Albariño se Sube a la Parra
Una de las constante fundamentales al plantar la uva es que estas están emparradas (plantadas en parras)
Y es que para que la vid crezca con soltura y llegue al nivel de azúcar necesario para que la fermentación lo transforme en alcohol, hacen falta dos cosas:
–Falta de plagas.
–Sol (cuanto más mejor)
El hecho de que la vid sea una planta arbustiva, con gran densidad de hojas, y de que la humedad y el Atlántico estén tan presentes, hacen que sea muy fácil que las plagas y hongos relacionados con la humedad tengan un caldo de cultivo perfecto.
Por eso se levantan del suelo, para que el aire pueda circular libremente y el exceso de humedad se evapore con facilidad. Y además al elevarlas, se consigue que los racimos reciban una cantidad de sol extra, y que se distribuyan mejor por la superficie.
El Albariño a día de Hoy.
Hoy en día el Albariño es uno de los blancos de referencia en el mundo.
Las bodegas de Rias Baixas han conquistado mercados alrededor de todo el mundo y es de los vinos blancos que más premios cosechan año tras año en los concursos internacionales más prestigiosos.
También a día de hoy, la forma (o el recipiente mejor dicho) dónde se toma el vino ha cambiado con respecto a la tradición, pues la Cunca (o Taza) vaso de cerámica generalmente blanca dónde se tomaba, está siendo sustituido por la copa de cristal, más sofisticada y de borde fino.
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